Joven Turkana
30,00€ – 80,00€
Desde la adolescencia, las mujeres se afeitan los lados de la cabeza y llevan los mechones restantes en características trenzas pequeñas untadas con una mezcla de grasa o mantequilla, con tierra rojiza o negra.
Más fotografías de la galería
Niña Turkana
Joven Nyamgaton
La cotidianidad de las mujeres Nyamgaton está directamente relacionada con el agua. Son ellas las encargadas de abastecer al grupo de este bien tan preciado. Las mujeres son también las responsables de la construcción de las casas, la organización de la vida en el hogar, y la educación de los futuros varones y mujeres del grupo.
Mujer Mursi con plato y colmillos
Jefe de aldea Nyamgaton
Entre los nyangatom es usual que los padres e hijos siempre socialicen por separado. Los ancianos permanecen en el pueblo, mientras que el trabajo de los jóvenes es arrear las cabras, y el de las mujeres ordeñar el ganado. Como parte de su iniciación, son los que han entrado en la adolescencia, a los que se les pide que demuestren que pueden cuidar a sus Ancianos. En una ceremonia observada por todo el pueblo, los hombres jóvenes realizan su ritual de iniciación intentando matar a un toro con su lanza.
Niña Surma
Mujer Nyamgaton en el mercado
El Nyangatom viven en las tierras secas. Sus vidas giran en torno a sus rebaños de ganado cebú y el aumento de cultivos como el sorgo, el maíz y el tabaco. Enfrentan una competencia seria por el acceso al agua escasa y los recursos de pastoreo. Las sequías continuas han empeorado la situación, las mujeres deben de recorrer decenas de kilómetros andando para acudir al mercado más cercano a vender su grano.
Niño Turkana
A la edad de entre 16 y 20 años, los hombres pasan por una ceremonia de iniciación en la que se les circuncida en una fiesta sencilla donde destaca el sacrificio de un animal. Los jóvenes deben esperar 10 o 15 años para contraer matrimonio. Las muchachas, en cambio, se casan hacia el final de la adolescencia, entre los 15 y los 20 años de edad.
Mujer Turkana con su hijo
Niña Surma
Otra de las características de los Surma, al igual que algunos de los pueblos vecinos, es su gusto por los adornos corporales. A penas si llevan ropa, pero en cambio, adornan todo su cuerpo con pinturas. Se cree que esta costumbre, que hoy día la mantienen como mera decoración, en otro tiempo tuvo un carácter intimidatorio hacia otros grupos étnicos enemigos.